Con una historia arraigada en rituales milenarios, las cafeteras turcas no solo son utensilios de cocina, sino portadoras de una experiencia única. La preparación implica una molienda fina del café, agua y azúcar, si se desea. Colocada sobre fuego lento, la mezcla se agita constantemente hasta que alcanza la temperatura perfecta, nunca hirviendo. Este proceso meticuloso garantiza una bebida con cuerpo, intensidad y sabores profundos.
1. Selección del café
Opta por café recién molido para garantizar un sabor fresco y auténtico.
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2. Comprar un Cezve o ibrik
Puedes comprar hasta tres tipos distintos de cezve: el tradicional que es apto para fuego, el cezve enchufable y la cafetera para café turco que, en ocasiones, se vende combinada con moka.
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3. Medición del agua
La proporción de agua recomendada para hacer café turco es de aproximadamente 50 ml por taza de café. Este método tradicional implica verter la dosis de agua en el cezve, que es la cafetera específica utilizada para la preparación del café turco. Es importante destacar que esta cantidad puede ajustarse según las preferencias personales, y algunos métodos también permiten la adición de azúcar al gusto antes de la preparación para personalizar el sabor del café. Utiliza agua fría filtrada para obtener mejores resultados.
3. Añadir el azúcar y dejar reposar
El café turco permite la adición de azúcar antes de la preparación, según preferencias personales.