¡Bienvenidos a la fascinante historia del café! ¿Alguna vez te has preguntado cómo esta deliciosa bebida pasó de ser el alimento favorito de las cabras a convertirse en un manjar que disfrutamos a diario? Prepárate para descubrir el gracioso y serendípico origen del café y cómo se ganó un lugar especial en nuestras tazas. La Aventura de las Cabras de Kaffa merece ser contada… quédate y lo descubrirás. Sólo te adelanto que la frase ‘¡estás como una cabra!’ cobra especial importancia aquí.
Las cabras felices fueron las «culpables» de su descubrimiento
Todo comenzó en la región de Kaffa, en Etiopía, donde las cabras pastoreaban alegremente. Un día, un pastor notó que sus cabras parecían estar llenas de energía después de mordisquear los frutos rojos y brillantes de un arbusto en particular. Vamos, demasiado felices… Así que, intrigado, decidió probar uno de esos frutos y experimentó el mismo subidón de energía que habían vivido las cabras. Las cabras habían encontrado algo especial que merecía ser mencionado.
El rumor sobre el efecto estimulante de estos frutos se extendió rápidamente por la región. Los lugareños comenzaron a consumir los frutos y notaron un aumento en su energía y vitalidad. Pronto, el café se convirtió en la bebida favorita de los habitantes de Kaffa, quienes se volvieron tan activos y bulliciosos que algunos comenzaron a llamarlos cariñosamente «cafres«. Curioso. De ahí pasaron a los monasterios cercanos, donde los monjes también pudieron experimentar sus efectos y alargar sus horas de oración y estudio.
¿Sigue comercializándose café de Kaffa?
Desde Europa, el café se expandió a todas partes del mundo, llegando a América, Asia y África. Se establecieron plantaciones en países como Brasil, Colombia, Vietnam, Indonesia y muchos otros, convirtiéndose en importantes productores de café. En la actualidad, el café es una de las mercancías más comercializadas a nivel mundial, siendo apreciado por su sabor, aroma y capacidad para brindarnos un agradable estímulo. Pero ¿sigue comercializándose aquél café?
Sí, el café de Kaffa sigue siendo comercializado en la actualidad. A pesar de que la producción de café se ha expandido a diferentes regiones del mundo, incluyendo América Latina, África y Asia, el café de Kaffa conserva su relevancia y se considera una variedad única y especial. Es más, diversas marcas y distribuidores reconocen la importancia histórica y la calidad del café de Kaffa. Así que sí, continúan importándolo y ofreciéndolo a los amantes del café en todo el mundo. Aunque, por lo general, estas marcas se esfuerzan por mantener los estándares de calidad y respetar las tradiciones asociadas con el café de Kaffa, asegurando que los consumidores puedan disfrutar de su sabor distintivo y su historia fascinante.
A través del comercio internacional, el café de Kaffa se ha convertido en una opción apreciada por aquellos que desean experimentar un café con una conexión directa con sus orígenes históricos. Su comercialización no solo permite preservar una parte importante de la cultura y tradición cafetera, sino que también brinda la oportunidad de disfrutar de un café con características únicas y sabores auténticos.
No se han encontrado productos.
Pero un momento…
¿Cómo se expandió el descubrimiento por el resto del mundo?
Claro, fue así cómo se instauró el café en su lugar de origen. Ahora sólo quedaba expandir el descubrimiento y para ello hicieron falta los botánicos, viajeros y comerciantes de la zona que no tardaron en llevárselo por rutas comerciales, siendo los primeros en venderlo. Se podría decir que fue ahí cuando y dónde empezó todo.
Estas bayas maravillosas se difundieron por el mundo como la pólvora y empezaron a aparecer los procedimientos para tratarlas y procesarlas. Lo triste de esto es lo que siempre pasa, que quienes tenían dinero y comerciaron con el café empezaron a colonizar y seguramente utilizaron a las tribus para labrar la tierra por estas bayas a bajo precio.